Verano 2010- Carcastillo.
Después del trasiego de las Fiestas Patronales , del 1 al 9 de agosto, vividas con intensidad y relajo relativo, con afluencia y encuentro de los paisanos que viven fuera durante el año…., el pueblo se ha despertado lentamente, comenzando la vida cotidiana, intentando adaptarse a la normalidad…
Las golondrinas, con sus trinos melodiosos, ayudan a despertar a los vecinos madrugadores, que agradecen el armonioso silencio, de fondo. Los “Huerteros” aprovechan las primeras horas mañaneras, para reanudar el cultivo de recogida de patatas, acelgas, borrajas, alubia verde, pepinos, tomates, pimientos, berenjenas, … y aprovechan el viejo regadío del agua del Río Aragón, vivificando los productos de la huerta, que harán las delicias, nunca mejor dicho, de las familias, amigos…
Hay momentos del día, que se repiten todos los años: El paseo diario al Monasterio del Cister, por camino paralelo a la carretera, aprovechando la frescura de la mañana, antes de la salida del Sol, conversando sobre los incidentes del día anterior, en el pueblo, saludando a la gente que va y vuelve. Todo el trayecto, está amenizado por los comentarios que surgen en los grupos, que hacen que paseo sea más corto y agradable. Al ejercicio físico, se une la camaradería que reina entre los componentes del grupo. Todo contribuye a pasar un rato agradable, en el que juega un papel importante la naturaleza, con la brisa fresca mañanera, la salida del Sol en el horizonte, y el anuncio de un día esperanzador.
Al final del Camino, el Monasterio de La Oliva, que suscita muchos recuerdos de nuestra niñez y nos traslada a épocas anteriores.
En uno de estos paseos, las campanas del Monasterio del Cister nos empujan a entrar dentro del edificio. Las puertas están abiertas. Nos adentramos en el edificio, y entramos en la Iglesia Abacial. Desde fuera, se oyen los cantos de los Monjes. Como fondo, un silencio que invita a la contemplación de esta majestuosa iglesia, que nos empuja a la reflexión y nos imbuye de algo superior que penetra nuestras mentes y nos retrotrae a su construcción (1164-1198), con Sancho VI el Sabio y Sancho VII el Fuerte.
Al entrar, el Sol naciente, a través de las vidrieras del Abside, resplandece en la Iglesia, con su luz vivificante, y nos recuerda la orientación de este edificio, señal clara e inequívoca de un templo Cisterciense, de transición del Románico al Gótico.
Al lado, la Sala Capitular, “La Preciosa”, con sus columnas, con capiteles sencillos y líneas estilizadas, que nos evocan el típico Capitel Cisterciense.
El Claustro( siglos XIV y XV), con su pozo, en medio, con dibujos en la pared de piedra, con marcas ( firmas) de los canteros que trabajaban la piedra.
Desaparecidos, la cocina, el Scriptorium, el Refectorio, la cillerería……
En el claustro, también, la Placa (Inscripción) a D. Onofre Larumbe, Abad de la Oliva, miembro de la Comisión Artística del Gobierno de Navarra, que tanto trabajó para la reconstrucción del Monasterio, a raiz de la Desamortización de Mendizábal.
Afuera, la Portada de la Iglesia, con el Crismón y capiteles con vegetales, algunos, con sus cepas de uva de las viñas del contorno, figurillas en piedra, como el chistulari, que, aún, sigue “tocando” el chistu, desde hace 10 siglos…Adornan la portada los dos rosetones laterales de piedra y vidrio.
Otro de los momentos que tienen su encanto, la Ronda de mediodía, con los amigos y conocidos…recorriendo los bares del pueblo, comentando las incidencias veraniegas, y charlando sobre diferentes temas interesantes para la vida del pueblo.
Mientras el Sol, calentando este año de lo lindo, juega con su amiga la sombra, haciéndose guiños, “ saludando” a la gente que va por la calle, hacia el Supermercado, pescadería, ferretería, panadería, librería, haciendo el suministro necesario para el día.
El cruce de las carreteras hacia Cáseda, Mélida, Sádaba, es un constante fluir de coches y camiones, que” están pidiendo a gritos”, una variante que descongestione el tráfico pesado, y permita disfrutar de la calma y tranquilidad veraniegas.
Las nuevas Piscinas Municipales acogen a los paisanos-as, que se refugian a su vera, huyendo de los rayos del sol, saboreando el agua fresca y acogedora, surgiendo entre ellos el diálogo y comentarios, mientras degustan el “vermut” mañanero.
En el frontón, se suceden los partidos con pelota de goma o pelota de tenis, turnándose los contendientes, para poder participar en el juego.
Por la tarde, en el café, surgen las partidas espontáneas, al Mus, Guiñote, Pinchazo….., con los ojeadores de turno, que no intervienen en la jugada, y contemplan el desarrollo de la partida, para hacer su comentario, cuando termina esta.
Son días de vacaciones, para unos, para otros ha llegado la hora de incorporarse al trabajo de la fábrica en empresas del pueblo o fuera de él.
A partir del día 15 de agosto, los labradores comienzan a labrar los campos, preparando la tierra, quitando la hierba y maleza, desmenuzándola, con maquinaria apropiada para ello, con vistas a la siembra venidera.
En las casas esperan impacientes, la maduración y coloreo de los tomates y pimientos para poder embotar para el año. Es indispensable estar preparados para cocinar durante el año, conservando el rico sabor del tomate y pimiento, elaborados en la huerta del regadío viejo del Río Aragón.
Algún que otro caracolero madrugador se afana por recoger pardas en las lindes de los campos, junto a la acequia molinar y las filas de cemento del canal de Yesa, a su paso por la Villa, para tenerlas disponibles, después de “purgarlas”, pensando en el rancho barrenero, de conejo y patata, de color grisáceo, salpicado con romero y tomillo “autóctonos”, que le da un sabor característico e inconfundible.
Como jugador, en su tiempo, del Larrate, club de fútbol, felicitar a la nueva Junta Directiva , formada, de cara a la participación en el grupo de primera regional, con aspiraciones de subir a primera preferente, sin olvidar la labor desarrollada con juveniles y cadetes, base y cantera de jugadores futuros.
Y constatar la participación de los vecinos en la vida del pueblo, a través de las actividades desarrolladas por la Cruz Roja, Asociación Avance de mujeres, Grupo de Teatro, Coro Parroquial, Asociación de Jóvenes, Servicio Social de Base, Club de Jubilados “Atalaya”, C.D. Larrate, Asociación de Apymas en E.G.B. y E.S.O., Escuela de Música ,…
Otro verano más, saboreando el contacto con los amigos y paisanos y como terminación de la estancia veraniega, el quinteo de los quintos, valga la redundancia,
del 43.
Quinteo del 43
Como colofón del verano , la celebración y fiesta de los Quintos del 43, el sábado, 4 de Septiembre, participando en la Misa celebrada por D. Julio en la Iglesia Parroquial de San Salvador, alrededor del altar y cerca de la Pila Bautismal, donde nos bautizamos los nacidos en 1943, y recordamos a nuestros compañeros fallecidos (19), hasta ese día.
La fiesta siguió en el Restaurante de “La Teresita”, con una comida rica y variada, con entrantes, pescado y carne, salpicados con ensalada mixta , buen vino crianza Príncipe de Viana y postre variado que hizo las delicias de los comensales.
A la hora del café y licores, unos cuantos quintos, nos amenizaron y animaron el ambiente con jotas, habaneras, mejicanas.. que fueron coreadas por los comensales.
Para finalizar, un buen lunch en el Club de los Jubilados, donde siguió la jornada, en medio de un diálogo, natural y espontáneo, recordando viejos tiempos.
Nuestra felicitación a la Comisión encargada de preparar la fiesta y a los animadores de ella.
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