Larrate

LARRATE


Larrate. R. Ciérbide y Herrero, piensan en el término vasco”larre”, pastizal, y el sufijo locativo-eta, como posibles etimologías de este topónimo. Patxi salaberri, citando, por su parte a Alfonso Irigoyen propone”lahar” (zarza), y”ate”, portillo, como formas más probables. El documentote 1708, señala que “ se prohibe de hacer corte alguno de leña para carbón, maderas, en todo el amugado de dicho vedado bajo pena de 11 reales”. Parece ser que, en el término de Larrate, se encontraba el despoblado de Marcuelles, citado por J. Altadill. Sin embargo este topónimo ha desaparecido.( Recogido del libro “Toponimia y Cartografía XLI- Carcastillo. De  J.Jimeno Jurío, Mikel Velasco,..

El Plano de larrate es una antigua terraza Medieval. Su significado podría abarcar , en términos toponímicos: Sitio llano, sitio de zarzas, incluso sitio peligroso,(sitio de lobos). Esta última acepción tiene su sentido, ya que , a la salida del pueblo hacia el Pinar de Larrate, según he oido comentar a  algunos de mis paisanos  estaba todo recubierto de maleza, y había cantidad de lobos, cuando aún estaba sin roturar, que merodeaban los alrededores de la Villa, en un sotobosque de sabinas, romero, coscoja y su poblado pinar. De hecho, en varias cuentas municipales de diferentes años, siempre hay una serie de gastos que el Ayto. reservaba para pagar a los loberos, (dos reales por cada lobo), llegando a pagar un año, 56 reales.


Plano de  Larrate.

        Recorrido por uno de los paseos más bonitos, bordeando la terraza fluvial de Larrate, tanto en su vertiente geográfica como histórica. Las estaciones más bonitas para hacer este recorrido son primavera y otoño y también en verano, aprovechando las primeras horas de la mañana, coincidiendo con el amanecer y la salida del sol en el horizonte.
Saliendo del pueblo hacia la Presa, a la izquierda, el Río Aragón, al principio invisible, una pequeña cuesta, a la izquierda, el Congosto, que se irá estrechando, nunca mejor dicho,  en el estrecho, conforme avanzamos en nuestro recorrido, a la derecha, el pinar de pino alepo carrasco que se asoma al río, mostrando un acantilado desnudo, con estratos horizontales de arenisca, arcilla, y grava, donde el río Aragón ha dejado sus  huellas, horadando la terraza fluvial y marcando su personalidad con su cauce caprichoso de Meandros , dando vistosidad al paisaje que  se vislumbra desde el mirador de Larrate.
Conforme vamos avanzando surgen los recuerdos históricos, que nos traen a la memoria los acontecimientos más importantes ocurridos a lo largo de la historia de nuestra Villa. Desde el descubrimiento de la cerámica encontrada por Tomás Lecumberri, correspondiente, según Amparo Castiella, a un yacimiento protohístórico de la Edad  de Hierro, que contenían  vasos de urnas de cenizas incineradas y nos permiten  pensar que hacia el año 350 a.d.C., vivían  gentes, aprovechando el Río Aragón, como medio de comunicación y, al mismo tiempo construían sus chozas en los altozanos, para protegerse de las inundaciones, como medida de seguridad.
Despoblados , desaparecidos hoy, como Marcuelles, Castelmunio, Puyo Redondo, Encisa Figarol…., nombrados en las invasiones árabes , en las donaciones de los Reyes al Mº de la Oliva, en los pleitos entre La Villa de  Carcastillo y La Oliva….
Molinos y Batanes, a lo largo de la acequia molinar, aprovechando la energía del agua, para moler y hacer, probablemente, en lo que se refiere al Monasterio de la Oliva, incluso los hábitos de los monjes…


En el libro del Becerro de la Oliva, se habla de “ las gentes que venían a moler a las Muelas del Congosto”, desde Aragón, ( Sos , Sofuentes Castiliscar, Figarol etc) , que proporcionaban unos fondos para  las arcas de la Villa.( todavía se puede contemplar uno de los molinos, en una de las revueltas del camino hacia la Presa antes de llegar al estrecho, a la izquierda, antes de llegar a la tajadera , donde  empieza la Acequia Molinar; por cierto el lugar está lleno de maleza, pero allí está una nave pequeña, muy bien construida, donde había uno de los Molinos que hemos comentado).
Dejamos a la izquierda la Acequia Molinar y pensamos en el sistema de riego que tantos años ha contribuido a regar los campos de la Villa de Carcastillo, La Oliva y Mélida, y cuyo origen bien lo podemos imaginar, posiblemente fue obra de los Romanos, asentados en territorio de los karenses, residentes en toda esta zona, en villas rústicas y campamentos, mientras construían la via romana desde Cesaraugusta,( Zaragoza), hasta Pompaelo, Iturisa ( Espinal) y Francia, Pasando por Egea, Sádaba, Castiliscar, Carcastillo, Cara(Santacara),Andelos, (Mendigorría), Pompaelo(Pamplona) Iturisa( Espinal)….adentrándose en Francia.









La presencia romana en la zona de nuestra villa, está más que demostrada por los vestigios romanos encontrados en ella, calzadas, Miliarios, estelas(Porcius Felix, las tres estelas encontrados en La Oliva, etc….
Siguiendo el camino, llegamos a la Presa. Un puente, con barandillas de hierro, da paso  a una zona de arbolado, con bancos, con asadores preparados, ideal para pasar un rato a las orillas del Aragón, o, un día de campo. La presa nos recuerda el paso de las Almadías donde los almadieros tenían que pagar al pasar. De hecho, en los archivos del Ayto. consta, que se arrendaba, en pública subasta, el paso de las Almadías, que bajaban desde la montaña, por el Iratí al Aragón, y de aquí al Ebro y Zaragoza.
Volviendo al camino( carretera de cascajo), cogemos , a la izquierda, un camino, que asciende, entre campos hacia un pequeño barranco, y una senda nos lleva hasta el pinar donde se hace más ancha la cañada, que nos evoca la trashumancia de ganado y pastores de Salazar y Roncal, desde tiempos muy antiguos.
Una vez en la carretera de Cáseda a Carcastillo ( Cuesta de Sangüesa), nos adentramos ya en las primeras curvas que nos llevan al Llano de Larrate. Al llegar al Llano, a la derecha, el pinar , con pino Alepo, carrasco, (con su inseparable, compañero de fatigas, el muérdago), uno de los últimos vestigios de la zona, con su forma irregular, encorvada, que, según Altadill, “ parece que se retuercen, para suavizar el viento, y contribuyen a crear un clima de abrigo, agradable, para la gente que pasa entre ellos, cubriendo espacios inclinados, suavizando las extremadas temperaturas de invierno y verano”.
Llegamos al Km.36 de la carretera a Cáseda. A la derecha, en dirección a Carcastillo, un camino, rodeado de pinos, que nos conduce al Mirador y tablero explicativo incorporado, con magníficas vistas del río, la Presa, la Central eléctrica, los meandros del río Aragón. Salimos a la carretera a Carcastillo, y, seguimos por el camino que nos conduce al Romeral y a la Punta de la Atalaya, cuyo nombre nos recuerda su significado árabe de lugar de vigilancia, entre los reinos de Navarra y Aragón, con motivo de las invasiones musulmanas. Atravesando el paso de las piedras, nos adentramos en la carretera, paralela, al barranco de la Oliva( del Abejar?) o arbejar, que nos lleva hasta la carretera de la Oliva, con su paseo paralelo a ella, la visita obligada al Monasterio Cisterciense y la vuelta consiguiente a la villa de Carcastillo.


                                      Antonio Villafranca Lecumberri









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