La Guerra de Sucesión y su repercusión en Carcastillo
Introducción
Al morir Carlos II de España, en su testamento dejaba heredero de todos los Estados de la Corona de España a Felipe V de Anjou, nieto del Rey francés, Luís XIV y de Mª Teresa, hija de Felipe IV de España.
La Guerra de Sucesión tuvo lugar entre estos dos pretendientes a la Corona de España: Felipe V de Anjou y el Archiduque de Austria, Carlos,( hijo de Leopoldo II de Saboya, quien cedió sus derechos de sucesión a su hijo Carlos).
La Guerra de Sucesión duró 12 años.( 1702-1714). En España, había provincias partidarias de Felipe V, entre ellas, Castilla, Navarra…, y otras, partidarias del Archiduque Carlos, como Aragón…….
Aclaraciones al respecto
Felipe V de Anjou, hijo del Delfín, Luís, y de Mª Cristina Victoria de Baviera, nieto del Rey Francés, Luís XIV y de Mª Teresa, hija de Felipe IV de España.
A este Duque, Carlos II de España, le hacía heredero de todos los Estados de la Corona de España.
El testamento del Rey Español, Carlos II incluía que ni la parte más pequeña se separase del reino, y que este no se uniese jamás a ninguna nación.
Luís XIV aceptó el testamento de Carlos II( 16-11-1700), quince días después de la muerte del otorgante. Felipe V tenía 17 años( era de la Casa de Borbón.
Se formó la “Gran Alianza” contra Luís XIV de Francia. (Inglaterra. Holanda, Austria, Portugal y Saboya). El emperador Leopoldo II de Saboya, cedió sus derechos sobre la Corona de España a su hijo, el Archiduque Carlos, contrincante de Felipe V de Anjou.
La guerra de Sucesión duró 12 años. España se dividió en dos bandos: Los partidarios del Archiduque Carlos,(Aragoneses), y los partidarios de Felipe V de Anjou, (Castellanos y Navarros).
Año 1706: Si, en la primavera, pudo parecer que toda España se perdía para Felipe V, en el otoño, era el Archiduque Carlos quien estaba cerca de perderlo todo. Tal cambio se produjo, principalmente, por la lealtad de las gentes de las Coronas de Castilla y Navarra, abiertas a la causa de Felipe V. Felipe v reinó en España de 1700 a 1746. ( Aclaraciones recogidas del” Manual de Historia de España” de Pedro Aguado y Cayetano Alcázar- La Guerra de Sucesión- Tomo III).
Vamos a analizar cómo esta guerra, que se desarrolló en España y Europa, tuvo su repercusión en nuestro pueblo, Carcastillo, ya que era nuestra villa paso fronterizo entre el Reino de Navarra y el Reino de Aragón. ( No olvidemos que, mientras los navarros eran partidarios de Felipe V, los aragoneses lo eran del Archiduque Carlos).
La Guerra de Sucesión, ( 1700-1714).
La guerra de Sucesión se produce en España entre el Archiduque Carlos de la Casa de Austria y Felipe V de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, de la Casa de Borbón.
En un trabajo realizado por José Mª Sese Alegre, titulado: “ Aproximación al estudio del conflicto”. ( Rev. Príncipe de Viana), hace una pequeña introducción , afirma que ,” A raiz del testamento de Carlos II, último Austria Español, en el que dejaba la totalidad de sus posesiones a Felipe, duque de Anjou, de la Casa de Borbón, se produce la Guerra de Sucesión”.
Luís XIV, a pesar de que sabía que la aceptación del trono para su nieto podría suponer la guerra, lo aceptó y el conflicto se puso en marcha. Pocos años después, la pequeña y humilde Navarra iba a ser el único Reyno Foral en el marco peninsular que iba a sufrir dos intentos , consumados en parte, de invasión, y que se convertiría en el engranaje fundamental entre Francia y Castilla, paso obligado, durante toda la guerra, de los ejércitos franceses.
José Mª Sese Alegre, con esta introducción intenta “ poner unas pinceladas de esos hechos y establecer una conexión entre Navarra y la Guerra de Sucesión”, y se hace unas preguntas sobre la participación de Navarra en la guerra de Sucesión y su desarrollo en Navarra.
Me parece interesante dar un paso más y ver lo que ocurrió, con motivo de esta guerra, en nuestro pueblo, Carcastillo, por los años de 1706 y 1707. No hay que olvidar que la villa de Carcastillo era lugar fronterizo ente los Reinos de Navarra y Aragón, lugar y paso de tropas de un Reino a otro.
Lo que sí es cierto, y, lo refleja José Mª Sese en su trabajo, “ Navarra, como un solo bloque, con todas sus instituciones, Cortes, Diputación, Consejo, es Felipista y partidaria del Rey Borbón, desde el primer momento de la contienda hasta el último”.
Según este autor, Navarra aceptó a Felipe V de Anjou, porque, desde el primer momento, aceptó el Testamento de Carlos II de España , porque “ era lo legal”, y porque Felipe V juró los fueros de Navarra y era “su Rey”. Insiste, José Mª Sese, que “ así se admite que, en Navarra, a los de Aragón, partidarios del Archiduque Carlos de Austria, se les llamara Rebeldes”.
“La sublevación de Aragón trajo consigo un mayor peligro para Navarra. Aragón cayó en manos del Archiduque, y Navarra se puso a defender .sus fronteras. Cada vez llegaban noticias más alarmantes de la parte de Aragón.
La Diputación decidió enviar una circular a todos los pueblos, para que los navarros salieran a defender el reino. A partir del 18 de agosto, el conflicto se agrava por la zona de Sangüesa. Martín de Loya, comandante de la zona, pide, desde Sádaba, recursos a Carcastillo, Murillo, Santacara y Mélida, por ser las villas más próximas.
Pero, ¿ qué es lo que ocurrió, a nivel local en Carcastillo?. Como introducción, nos sirve el texto encontrado en el Archivo General de Navarra, que recoge el testimonio del Mº de la Oliva, sobre la Guerra de Sucesión en España, entre el Archiduque Carlos y Felipe de Anjou:” habiendo entrado el año de 1700, nuestro invencible y animoso D. Felipe V( que Dios guarde para exaltación de España y baluarte de la herejía), en la Corona de España, llamado y nombrado en su testamento como legítimo heredero, tomó su posesión, quieta y pacíficamente, en todos los vecinos, con universal aplauso. Pero el común enemigo de las almas intentó derribarlo del solio y colocar al Archiduque Carlos, levantándose contra su Rey legítimo, Felipe V. Y, aunque este Reino de Navarra, hizo un servicio a su Majestad, el Rey, para cubrir las fronteras de Aragón y defenderlo de sus enemigos….(AGN, Sección Clero, La Oliva).
En su libro, titulado: “ Rincones de la Historia de Navarra”, nuestro escritor y archivero, Florencio Idoate, nos cuenta los hechos ocurridos en la villa y en el Mº, este 23 de octubre de 1706:
“ Sádaba estaba ocupada por las tropas del Archiduque Carlos, e iba a ser atacada por las tropas de Felipe V, en Castiliscar.
En el Mº de La Oliva, ante el inminente peligro, se decide celebrar una misa cantada. A mediodía, se oyó tocar a rebato las campanas de Carcastillo, mientras sus habitantes corrían a campo través, en dirección al barco, para atravesar el río Aragón. Las tropas del Archiduque rodearon inmediatamente al pueblo, que estaba desierto, a excepción del cura, el alcalde y algunos desvalidos. No sirvió de nada no haber encontrado resistencia: las casas fueron totalmente saqueadas, no respetando los soldados ni la iglesia, de la que se llevaron alhajas y ornamentos. Además de saquear la villa, la incendiaron.
En la Oliva, los aterrados Monjes, que, desde los tejados, estaban contemplando lo que ocurría, temían que les ocurriese lo mismo, cuando, de repente, y, sin saber por qué, tomaron el camino hacia Sádaba , y se volvieron a Aragón. Por ello, agradecida la Comunidad, resolvió que, en lo sucesivo, se celebrase su fiesta, como de 2ª clase, con sermón y procesión, en honor de Santa Elena, el 23 de octubre”.
Esta puede ser una referencia de lo ocurrido en la zona y su repercusión en la villa de Carcastillo, al ser saqueado por las tropas del Archiduque Carlos, rival de Felipe V. Al día siguiente, el Comandante austriaco puso en libertad al Alcalde y a otros dos vecinos de Carcastillo, dándoles el recado de que fueran al Mº de la Oliva para que los Monjes se pasaran al bando del Archiduque. No lo hicieron así los Monjes.
Receso:
La situación de la villa, un año antes del saqueo, ( 1705), siendo Alle,( Alcalde), Pedro de Iturri, y Regidores, ( Concejales), Juan de Lapuente, Agustín de Ayesa y Matheo Irisarri, no era muy halagüeña que digamos, como queda reflejada en uno de los Procesos relativos a nuestro pueblo, encontrado en el Archivo General de Navarra:
“ Estando reunidos y congregados en la Sala Concejil, el Concejo y los vecinos de Carcastillo, a toque de campana, según lo tienen de uso y costumbre de se juntar, otorgando y firmando, los presentes, por sí y por los ausentes y venideros, por quienes prestaron “caución de rato y Suso iudicatum...”, hay una propuesta del Alcalde Presidente, Pedro de Iturri: “ Sabiendo que, los Propios y Rentas de la Villa, se hallan muy menoscabados y alcanzados por sus acreedores, y se está debiendo, sin hacerse gastos extraordinarios, algunas cantidades, de retrasos..., si les parecía bien, que todas las Rentas de la Villa se entregasen a una sola persona, para que las cobrase por su cuenta, y que esta supliese y pagase todos los gastos ordinarios y alguna cantidad más, para irse reponiendo, para algunos gastos extraordinarios que, en adelante, se puedan ofrecer...”.
Esta era la situación de la Villa, un año antes del saqueo de Carcastillo, en 1705. Cuando se produjo el saqueo, en 1706, ya no estaba de Alcalde Pedro de Iturri, ya que, en febrero de 1706 le había sustituido, el día de “ Las Candelas”,( 2 de Febrero), Carlos Ibáñez, como se demuestra en uno de los documentos del Archivo General de Navarra.
Por todo esto, nos podemos hacer una idea de cuál llegó a ser la situación de la villa después del saqueo de 1706 por las tropas del Archiduque Carlos, aunque las cosas cambiaran posteriormente, debido al Triunfo, a nivel nacional de Felipe V de Anjou. Lo que sí es cierto que el Mº de La Oliva contribuyó en el suministro de las tropas que merodearon por allí, con importantes gastos, a favor de las tropas de Felipe V.
Hay una carta, fechada en 10 de Agosto de 1708, mandada al Rey por manos del Príncipe Iszeclas de Tilly, a favor del Mº, que manifiesta, entre otras cosas :
- La fidelidad del Mº a S.M., con motivo de la Rebelión de aquel Reino, manifestando que el Mº franqueó espontáneamente 50 cargas de trigo a disposición del Duque de San Juan, que percibió el tesorero de la Guerra de este Reyno.
- Su Abad, Fray Andrés Baquedano, Defensor General de su Congregación, ejercitó su atención y vigilancia en la averiguación de los designios de los enemigos, que facilitaron mucho la restauración de la Villa de Sádaba, de que se habían apoderado los Rebeldes.
-Estos Rebeldes, continuando sus correrías e insultos, saquearon las villas de Carcastillo y Castiliscar, próximas a aquel Mº, llegando a sus puertas e intimando varias veces a su Abad a prestar la obediencia con audaces amenazas, por escrito y de palabra.
- Hubo una Guarnición, cerca del Mº, de los hombres que subsistieron allí, durante mucho tiempo, con grandes gastos, que costeó el Mº con gran gusto, por redundar en servicio de S. M..
- A estos gastos, se añadieron otros más, por el tránsito y alojamiento de las tropas de S.M. y de los auxiliares de S.M. que pasaron y repasaron por aquel Mº, a causa de su situación fronteriza con el de Aragón.
- Manifiesta, en todo momento, el celo y amor que profesó el Mº a S.M., recibiendo muchas vejaciones en esas circunstancias, no dudando que S.M. tendrá en cuenta el apoyo prestado por el Mº.
Viene la firma del autor y la fecha.
Me ha parecido oportuno remarcar estas pinceladas, con motivo de esta fecha, y su repercusión en nuestro pueblo.
La Plaga de la Langosta:
En dos de octubre de 1707, convocó el Abad, Andrés de Baquedano, a los Monjes profesos y conventuales de él, e hizo a todos una propuesta del tenor siguiente:
Que, “ por dos veces, había recibido el Mº y experimentado el Patrocinio de Nª Sª Elena, ( cuyo cuerpo está repartido en el altar de las reliquias). La una, en la “ Plaga de la Langosta”que, los años pasados, 87,88, y 89, tanto afligió y castigó estos Reinos de España, en que, no habiendo suficientes fuerzas humanas para extinguirla, ni para defender de su voracidad insaciable los frutos de la tierra, fue preciso recurrir a las rogativas… , valiéndose los pueblos, de la protección e intercesión de los santos, conforme su devoción los inclinaba.
En este Mº, además de rogativas y diligencias, se determinó y ejecutó de cantar todos los días ante el Altar de las Reliquias, después de Completas, a Nuestra Santa; cuanto más infecta estaba de la plaga, la tierra, desapareció, sin saber cómo, la plaga de la Langosta. El Mº lo atribuyó a la protección de Santa Elena. En otras partes, se atribuyó el prodigio a la rogativa que se hizo por todo este Reyno, llevando por todos los lugares de él, la Cabeza de San Gregorio en procesión, y debajo de Palio; pero cada lugar le atribuyó al Santo de cuya protección se había valido.
La 2ª ocasión, en que se vio su protección, sucedió en su mismo día 23 del año de 1706, pues se libró este Mº de saqueo y rigores de la guerra de las tropas del Archiduque Carlos.
Parece ser que la Villa de Carcastillo atribuyó a la protección de San Gregorio el final de la Plaga de Ermita de San Gregotio.Sorlada.
Langosta, de aquí que en las cuentas de los gastos de la Villa, a partir de entonces, se refleja la devoción de los vecinos de este pueblo a este santo.
Langosta, de aquí que en las cuentas de los gastos de la Villa, a partir de entonces, se refleja la devoción de los vecinos de este pueblo a este santo.
A partir de esta fecha, todos los años venía un Señor que rociaba los campos con el agua de San Gregorio, para protegerlos de la peste, como consta repetidas veces en el libro de Receta y Expensa de la Villa.
Tenemos dos testimonios, referentes a esto, del año de 1840 ( Más de 100 años después, que reflejan lo citado anteriormente:
28-4-1840: “ Confieso, yo, Simón Abendaño, he recibido del Depositario de esta Villa, 12 reales fuertes, por el viaje de la conducción del agua de la Basílica de San Gregorio a esta villa, que con las dos pesetas de la Misa, son 16 reales fuertes”.
22-9-1840: “ Como Ermitaño que soy de la Basílica de San Gregorio Ostiense, confirmo haber recibido del Depositario de la Villa de Carcastillo, un robo de trigo, limosna acostumbrada que dicha Villa da anualmente a dicha Basílica, y para que conste, doy el presente que firmo en Carcastillo, a 22 de septiembre de 1840. Firmado: Bartolomé Gamiza.
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