COSTUMBRES Y TRADICIONES RELIGIOSAS (Carcastillo)

                   

      De pequeño, siendo monaguillo,( hablo de , hacia el año de 1953...), recuerdo que, el día de la vuelta de los Romeros de Carcastillo, que habían ido a Ujué, a ver a la Virgen, Patrona de la Ribera, sí era un día un tanto especial: Había que salir a recibir a los Romeros al Puente, el Párroco, los sacerdotes, monaguillos, con los ciriales y la Cruz, en procesión, junto con los vecinos que no habían podido ir, para, todos a una, volver al pueblo y reunirse en la Iglesia, a dar gracias por el feliz regreso de los familiares al nuevo entorno parroquial.

            Había una “ empatía” entre los que habían ido a transmitir a la Patrona de la Ribera,” de viva voz”, las preocupaciones,  peticiones y problemas de la vida diaria, de las familias y de los que se habían quedado,” de apoyo”, esperando.

           

Quiero imaginar que, antes del regreso de los Romeros, las dos Vírgenes, La de Ujué y la del Rosario, Patrona del pueblo, se habrían puesto de” acuerdo”, y habrían sopesado las inquietudes y el vivir cotidiano de las gentes de nuestro pueblo, su esfuerzo, sacrificio y su generosidad abierta y espontánea.

            A la salida de la Iglesia, en “ la Placeta”, surgía el diálogo, contándose unos a otros los incidentes del día.

                        Quizás sea la Romería a la Virgen de Ujué, una de las que ha calado más hondo en nuestro pueblo, junto con la Javierada.

            Hace poco tiempo, investigando temas relativos a nuestro pueblo, analizando los ingresos y gastos de la villa, concretamente en el año de 1554, en el capítulo de gastos, hace referencia a que, en ese año, “ en la Romería a la Virgen de Ujué, se gastó un hacha de cera que pesó tres libras,( a 8 tarjas la libra), que la ofrecieron los Jurados( Concejales) de Carcastillo , en nombre del pueblo, a la Virgen.

            Hubo una comida a los clérigos y a los que comían en su mesa; se sacó en la comida, entre otras cosas, sardinas, queso, aceite, cebollas, habas verdes, 5 cántaros de vino blanco, y 17 cántaros de vino tinto. También, ese día( año de 1554) se llevaron dos cargas de leña para hacer fuego, para que la gente se secase, debido a lo mucho que había llovido ese día. Aquel día tuvo mucho trabajo; Baltasar de Alfaro, barquero, ,vecino de Murillo el Fruto, para pasar en barca a la gente. También consta que los Jurados se reunieron, y tuvieron comida, posteriormente, para sacar los gastos del día de la Romería a Ujué. Los gastos de ese día fueron de, 232” tarjas” y 10 “ blancas”.

                        Aparte de la Romería a Ujué, había, en nuestro pueblo, costumbres y tradiciones, que habría que recordar:

            El día de San Marcos, la gente iba, en procesión, a San Román de Castiliscar, con ofrenda, por parte del Jurado, de una candela de cera, de una libra de peso. Existía la costumbre de dar de comer a los clérigos y a los que comían en su mesa. El “ menú” consistía fundamentalmente en : Carne de carnero y cordero, vino blanco y vino tinto.

            También, la gente, en la víspera de la procesión de Mayo, iba, en procesión, a Santa Águeda de Mélida, con la consiguiente ofrenda por parte del Concejo de una libra de cera. El día anterior a Santa Águeda, se “ tañían” las campanas de la Iglesia en la villa, anunciando la fiesta.

            El día 1 de agosto, se celebraba, en Carcastillo, el día de San Pedro “ ad víncula”, se “echaba “ bando para que la gente limpiase, el día anterior, las calles del barro, limo y piedras, y “ para que acudiesen a la Procesión que se celebraba todos los años, en la que el pueblo, precedido por el Párroco, Alle y componentes del Concejo, se trasladaba al Mº de la Oliva, como lo tenía votado el pueblo, y eran recibidos por el Abad y la Comunidad cisterciense.

            También había una especial devoción a San Gregorio, parece ser que se debía a algún favor obtenido en la Villa, en los años en que azotó la peste de “ La Langosta”. El hecho es que todos los años , venía al pueblo un hombre que” traía el agua de San Gregorio”, y esta agua la “ echaba” un clérigo y un jurado por el término de la Villa, en los campos de la “ caridad”, y había una misa, y una cena a la que asistían el Alle y los Jurados, consistente en tocino, carne, pan y vino. Este año, ( 1554), gastaron 13 tarjas y 1 gros.

            Son manifestaciones , tradiciones y costumbres de un pueblo agrícola- ganadero, a lo largo de la historia de su existencia, y que ha ido evolucionando, como todos, a formas más “nuevas”, impregnado siempre por una atmósfera y un “ tinte” religioso que le ha caracterizado siempre.

                                                                       Antonio Villafranca Lecumberri