Semblanza de D.Antonio Bergera


Como ave de paso,
 sin pararte más de lo preciso,
Derramabas alegrías, mitigabas  tristezas
Acudías a todas partes, sin apenas ser visto,
Dejando mensajes de esperanza plena.
Habías aprendido, en tu largo caminar de “peregrino”,
A ser testigo convencido de la Buena Nueva,
Transmitiendo tu mensaje, humilde, sencillo,
En la iglesia, en la calle, allí, donde fuera.
Tu música melodiosa y  volátil hacia el cielo,
Recreaba los oídos de tus feligreses queridos,
Creando una atmósfera de paz y de anhelo,
En tu iglesia parroquial de Carcastillo.
 Como Pablo de Tarso, te trazaste un deseo,
Recorrer un único y sufrido camino,
Proclamando, aquí abajo, el mensaje del Reino:
“ gastarte y pudrirte en el campo como grano de trigo”.

Tu muerte, tras una vida  completa y gastada,
En el día del Nacimiento de Jesús Cristo
, se vio colmada y coronada en el Reino de los cielos,
Con un abrazo eternal de tu íntimo amigo.
¡Hasta luego, D. Antonio!                ( A.V.L.).


Otra fecha a recordar, en el año 1966, hacia Mayo, la gente de Carcastillo, se
reunió en una Eucaristía, en la plaza de la Iglesia, para celebrar conjuntamente,..los 25 años de estancia de D. Antonio en el pueblo, y, al mismo tiempo, de nuestro Párroco, D. José, que llevaba unos años más. Asistieron a los dos sacerdotes, los demás Presbíteros, hijos del pueblo, y el Superior del Monasterio de la Oliva.
            El pueblo entero se unió a la celebración, agradeciendo la labor realizada por ellos, en estos años que les ha tocado estar juntos, por su servicio, entrega y dedicación continua.
            Con fecha, 1 de octubre de 2005, el pueblo de Carcastillo rindió un merecido homenaje al sacerdote, D. Antonio Bergera y Bergera, y el Ayto., le nombró hijo adoptivo de la localidad, dedicándole una calle.( Con fecha, 8 de octubre de 2005, vino una reseña en el Diario de Navarra, escrita por Santos Villanueva, en la que nos comenta los detalles principales de lo ocurrido en nuestro pueblo ese día.
            Este homenaje tuvo lugar en el marco de las fiestas de la Patrona de Carcastillo,”La Virgen del Rosario”. Se celebró una misa solemne, presidida por D. Antonio. La asistencia fue muy numerosa. A esta Eucaristía fueron invitados, de una manera especial, todos los sacerdotes, hijos del pueblo, y aquellos que han pasado por la Parroquia y convivido con él, así como los alcaldes que han presidido el Ayto. de Carcastillo.
                        En la homilía que Antonio Bergera pronunció, predicó audazmente sobre la fe, haciendo un recorrido histórico muy profundo, sobre como había cambiado la iglesia en los 64 años de su  ministerio sacerdotal, el Concilio Vaticano II, el creciente vaciamiento de las iglesias y otras situaciones a las que el cristiano actual debe saber dar respuesta.
            Las palabras del Alcalde, Jesús Mugueta Sierra, condensaron el sentir de todo el pueblo, al afirmar: “Para todos los que vivimos en Carcastillo, hablar de D. Antonio es hablar de Carcastillo, y este pueblo no se entiende sin Usted”. “ Nunca ha hecho distinción de personas..Los pobres, los enfermos, los más débiles, han ocupado un lugar privilegiado en su corazón”.” Tenga la seguridad que su vida en Carcastillo ha contribuido a hacer un Carcastillo más cristiano y solidario”.
           


Luis Oroz, Vicario General de la Diócesis, le dedicó unas palabras de agradecimiento, tras la Eucasristía:” D. Antonio ha querido ser y ha sido un cura de pueblo, rural, por tanto muy pastoral y cercano a todos, alegre en el servicio de Dios y de la gente, y, al mismo tiempo, un hombre contemplativo, enamorado de Dios, piadoso y rezador, asemejado a Cristo, Buen Pastor. La vida de D. Antonio es un canto a la Parroquia, a la vida parroquial Ha sabido vivir y contagiar la convicción de que “ ser cura merece la pena”. “ Su vivencia y alabanza de Dios, hecha música”, arte y melodía” . ( Semanario de la Verdad).

 El Día 1 de octubre de 2005, con motivo del homenaje, sincero y leal de nuestro pueblo a D. Antonio, quise sumarme a la fiesta, mandándole un mensaje de gratitud y reconocimiento, y el sentir de los que estuvimos ausentes ese día.

 "Ante el “ Homenaje” que el pueblo de Carcastillo va a rendir, el próximo sábado, día 1 de octubre, a nuestro querido D. Antonio Bergera, “ Cura”- Coadjutor de la villa durante tantos años, recogiendo, a mi parecer, el sentir general de todos los que, por diversas circunstancias, vivimos fuera del pueblo, me gustaría unirme a mis paisanos y expresar, con unas sencillas palabras, lo que ha supuesto la labor desarrollada por este hombre sencillo , pero “grande”, a la vez, en la vida diaria de nuestra gente.
            Desde el primer momento, tuvo muy claro su compromiso con la gente sencilla, y que su vida, como sacerdote, se tenía que identificar con la vida de las personas, con sus problemas de la vida cotidiana.
            Con su labor, callada y profunda, ha pasado su vida en un continuo servicio a los demás, haciendo el bien, ayudando al que lo necesitaba, sin que se enterara nadie más que el propio necesitado.
            Bastaría preguntar a la gente del pueblo: Enfermos, pobres, inmigrantes, matrimonios.., el trabajo desarrollado por D. Antonio, en su compromiso cristiano, diario y continuo, durante más de 60 años, sin olvidar su presencia continua en las escuelas, la Iglesia, y sus continuas visitas a los vecinos del pueblo.
            Dejo a un lado la gran labor desarrollada por D. Antonio en el terreno musical, con el Coro de Carcastillo, por no hablar de las numerosas veces que nos ha deleitado con sus “solos”, al órgano, en la Iglesia de San Salvador, no en vano, se trata de uno de los más prestigiosos organistas de la actualidad en Navarra.
            Su identificación con Carcastillo ha sido tal, que, difícilmente, me puedo imaginar el acontecer de la vida en el pueblo, sin “ la silueta” visible y protectora de este Cura-Coadjutor en todos los acontecimientos.
            D. Antonio ha formado y forma parte de la vida del pueblo; la prueba es que no ha querido marcharse a otro lado, cuando se lo han ofrecido. Eso sí, sin olvidar su pueblo natal, Alsasua, en los pocos días de vacaciones que tenía al año.

                                   ¡Feliz día, D. Antonio.





Con fecha de 16-6 del año 2000, en uno de los artículos escritos por  el que suscribe, en el Diario de Navarra, relativo a San Antonio y San Valentín, afirmaba lo siguiente, con motivo de la fiesta de San Valentín, del 14 de Febrero,” Antes se recurría más a San Antonio, San Valentín parece más moderno, porque la gente de hoy día, sobre todo los jóvenes y adolescentes se acuerdan más de San Valentín., a ello ha contribuido, una vez más, la sociedad de consumo. Yo no tengo nada en contra de ninguno de los dos, porque el amor es algo grande y es el motor de muchas cosas que se hacen en la vida.                         
Pero no sé por qué el recurrir a San Antonio, era de una forma más callada y quizás más efectiva. El círculo era más pequeño, la gente se conocía más, sobre todo en los pueblos.
           


En el mío, Carcastillo, la estatua de San Antonio estaba y está situada en una hornacina del retablo del Altar Mayor, realizado por el Sr. Arteta, en 1904, y creo que más de uno y más de una, se acordarán de él, buscando su ayuda. Lo cierto que esta ayuda fue efectiva muchas veces, porque San Antonio tenía colaboradores tocayos y no tocayos que le echaban una mano en los momentos difíciles”.
            La vida  va cambiando, se hace más difícil intervenir en este devenir cambiante.
            Cuando se hizo el mundo y llegó la vida, no estaba todo hecho, había que “ desarrollarlo”, hacerlo más viable para  los que nos rodean. Ya no es hora  de “culpar”a los  Santos de algo que sale bien o mal. Es hora de participar en esa “ culpa”y tirar del carro, responsabilizándonos todos.
           

Con motivo de su muerte, el día 25 de diciembre, día de Navidad de 2007……..,
Me vais a permitir, encuadrar en este contexto a nuestro sacerdote y amigo, D. Antonio Bergera, que de manera humilde y desinteresada dedicó toda su vida  a hacer al bien a los demás, pobres, emigrantes, chicos-as, adolescentes, novios, matrimonios, enfermos, difuntos…

                                              

Como colaborador de San Antonio, “ supo tirar del carro, y desgastarse, como grano de trigo, “pudriéndose” por los demás, en el campo extenso de nuestra villa, logrando una cosecha fértil y duradera
                   Tus “Paisanos” te recordaremos siempre, porque estamos seguros de que nos seguirás echando una mano, como siempre lo has hecho.
                        Tu música melodiosa, seguirá impregnando las piedras de nuestra Iglesia Románica Cisterciense de San Salvador. Ha sido un verdadero lujo, tenerte y seguirte teniendo entre nosotros. ( Testimonio de A. Villafranca Lecumberri).
                                                          


                                                                        Javier Ecay, que estuvo, al principio, de Diácono, y, después, de Párroco en Carcastillo, tuvo la suerte de compartir con D. Antonio sus primeros años de sacerdocio, viviendo “una experiencia inolvidable, de amistad y compañerismo, teniendo el gran honor de haber podido contar con sus consejos, que se convertían en las grandes directrices de la vida sacerdotal”, según lo manifiesta, en el Semanario de la Verdad, de 25 de enero de 2008, un mes después de su muerte.
            “ Su vida estaba traspasada por su fe, por su identidad sacerdotal, por su relación intensa y personal con Dios, que se concretaba en todos los acontecimientos del pueblo, en la vida de cada familia, con sus alegrías y sus penas”.” Una vida entregada a un pueblo, con el solo objetivo de avivar en todos ellos la fe, para que Jesucristo fuese el sentido de sus vidas”.

MUSICALMENTE



( Testimonio de Felipe Jiménez Allo)

            Amante de la música desde pequeño. A los diez años, formó parte de la Banda de Música de Alsasua, su pueblo natal. Fue un gran organista. Le invitaron, en diversas ocasiones, a ser organista de Catedrales importantes de este país, entre ellas la de Burgos, pero él siempre lo rechazó. El argumento que esgrimía era siempre el mismo: “ Yo no me he hecho cura para dedicarme a la música”.
            Dedicó mucho tiempo y mucho cariño al Coro Parroquial. Este, le hizo un homenaje, hace pocos años, junto con el Ayto. del pueblo. El Alcalde, Jesús Manuel Larramendi Sánchez, le impuso la insignia con el escudo de Carcastillo, al mismo tiempo que le agradecía, en nombre del pueblo, toda su labor desarrollada en la villa.
           
 Por parte del Coro Parroquial, el agradecimiento vino por parte de uno de sus componentes, Fernando Barrero,, haciendo resaltar la dedicación de D. Antonio a este coro parroquial, durante tantos años. Asunción Alfaro le entregó una placa, con fotografía incorporada, con una perspectiva del Coro y órgano, tomada desde el altar mayor del Presbiterio.
            Fue D. Antonio quien propuso la instalación del órgano de la Parroquia, en el año 1943. Con él ha dado solemnidad a toda la liturgia de esta Parroquia durante 66 años.
            El Dúo de Jotas, que triunfó en los años sesenta y asombró a toda Navarra, fue impulsado, cuidado y mimado por él, así como la ayuda musical al Monasterio de la Oliva, y a otras personas que siguieron la carrera musical. (   Felipe Jiménez).

           



( Testimonio de Ricardo Visus Antoñanzas). Si alguien ha tenido contacto con D. Antonio, y ha experimentado su contacto y apoyo en todo momento es nuestro tenor, Ricardo Visus”Caito”; por ello no podía faltar su testimonio, plasmado en su escrito (Obituario), expresado en el Diario de Navarra:
            “ D. Antonio quiso pasar silencioso por esta vida, pero su  musicalidad era demasiado sonora. Cuando, al final de los funerales, la gente salía de la iglesia, hablando y haciendo ruido, se enfadaba…Entonces sacaba su temperamento, genio’, si, su genio musical, ponía el “ tutti”, y se quedaba sólo tocando, hasta que la iglesia estaba vacía. Aquello era un regalo: escucharle fugas que que comenzaban con Bach y terminaban con “Bergera”.

“ Era un gran improvisador. Combinaba magistralmente estilos tradicionales con armonías contemporáneas de su propia cosecha”.
            Haciendo referencia al año 1943, en la inauguración del órgano de Carcastillo, comente Ricardo que”hubo un concierto memorable, con la participación de Miguel Echeveste, Luis Taberna y Antonio Bergera, y que, unos años más tarde, el gran Maestro, Miguel Echeveste, le dijo: “ En Carcastillo, teneis a Bergera, el mejor organista de Navarra, pero él se ha empeñado en ser cura antes que músico…Como organista, nos superaba a todos”.
            Haciendo alusión a lo comentado por Felipe Jiménez, Ricardo Visus comenta que” tuvo la oportunidad de ir, como organista, a la Catedral de Burgos, entre otras, pero su humildad y su vocación se lo impidió, y añade: “ ¡Qué suerte para Carcastillo!.
            Las palabras finales de” Caito”, resumen el sentir de sus paisanos:” Así se marchó este gran músico ( Maestro y amigo)…en silencio, sin valor de tiempo ni de sonido”.

           


EL CORO PARROQUIAL

                        No podía faltar una reseña, en el programa de fiestas del año 1994, sobre nuestro Coro Parroquial de Carcastillo, que tanto ha contribuido en todas las funciones religiosas de nuestra villa, en el que sobresale, por su entrega, D. Antonio.
            En la reseña citada, aparte de felicitar al Coro Parroquial, por su gran labor, a lo largo de los años, entre otras cosas, que “En un principio, eran dos coros separados, en voces de hombres y mujeres, y, con la llegada de D. Antonio, se aprovecha el cultivo de voces, que había venido haciendo en la Parroquia, para formar un solo Coro de voces mixtas, tal y como lo conocemos hoy”.
            Este Coro, “durante toda su historia, ha ido ayudando a la Comunidad Parroquial a introducirse en el misterio de la liturgia: Desde la alegría navideña, pasando por la austeridad de la Cuaresma y llegando al gozo de la Pascua”.
            “ El Coro es Compañía sacramental en nuestras gentes de hoy y se ha mantenido fiel a sus principios de Coro Parroquial para la Parroquia, y todos nos sentimos identificados con él, y, siempre está esperando que llamen a sus puertas nuevas caras para enriquecerlo”.
            Desde aquí, un recuerdo especial para los “Auroros” madrugadores, que recorrían las calles de nuestra villa, deleitándonos con sus voces, en los días especiales de fiesta del año litúrgico. Recordar, también, las Auroras musicales, espontáneas, unas, preparadas a conciencia, y, otras, más o menos improvisadas, en el día de los Misacantanos, que no fueron pocas, gracias a Dios, por la abundancia de Hijos del Pueblo sacerdotes.
            Y.., un recuerdo especialísimo, para todas las personas que han contribuido a que la labor de D. Antonio, haya sido tan fructífera para nuestro pueblo, y, a los que lo han cuidado, con verdadero mimo, durante tantos años. Gracias a todos. 
Aficiones: Entre las aficiones de D. Antonio, aparte de las ya enumeradas, según comente Felipe Jiménez, “el juego de la pelota vasca, que él practicaba con arte, y también su afición por la caza”.
            A propósito del juego de la pelota, “ aún me viene el recuerdo, siendo monaguillo, de la imagen de algunos de los Partidos, a paleta de goma, entre los curas, ( D. José y D. Antonio), con las sotanas remangadas, contra los Maestros,( D. Marino y D. Gabriel),  en el trinquete, al lado de la iglesia”
“En los años que tuve contacto con D. Antonio, como monaguillo y como seminarista, otra de sus aficiones, en sus escasos ratos de ocio, era el Mus, pasando ratos agradables y entretenidos, con los seminaristas, en vacaciones, y con algunos de los feligreses, que se acercaban, y, a veces, se apuntaban a alguna de las partidas, entre sonrisas y conversaciones amenas; eso sí, siempre pendientes, D, José y D. Antonio de la gente que venía a preguntar por alguno de ellos. No había problema, ya que siempre había algún reserva, para poder sustituir, cuando los solicitaba algún feligrés.

 Mensaje que nos transmite D. Antonio



Toda su vida ha sido un continuo mensaje de entrega, ayuda, comprensión a sus feligreses, viviendo el momento presente de cada día, teniendo claro que las cosas grandes se hacen desde el anonimato, apartando los obstáculos que entorpecen el discurrir del agua de la vida, haciéndola fluir, limpia y cristalina, para que todos, pobres, enfremos, emigrantes, religiosos, novios, matrimonios del pueblo…pudiéramos beber de ella y nos contagiáramos y saciáramos, para poder seguir adelante, haciendo la vida agradable a los demás, y ayudarnos , creando un clima de convivencia, en nuestra Villa de Carcastillo.
            Nuestro Párroco actual, D. Julio, muy certeramente, después de la muerte de D. Antonio, nos dio a conocer un sermón de nuestro Cura-Coadjutor, en el día de la Pascua de la Resurrección, que condensa todo su pensamiento y sentido de su vida: “Jesús ha resucitado de entre los muertos . La Resurrección de Jesús lo aclara todo: Su vida, su obra, sus enseñanzas. Dios no es el Dios de muertos sino de vivos. El hombre ha sido creado para la vida. El Reino de Dios está cerca. Un Dios que quiere meterse en la historia del hombre para cambiarlo todo, un Reino que comienza y se realiza en esta vida y tiene su coronación en la Eterna. Este Reino debe ser el motor de toda la vida cristiana, construyendo fraternidad, solidaridad, y ayuda mutua entre todos”.
         Y, se pregunta,…¿ puede haber un sentido mejor para el hombre, como para su vida, que trabajar por este Reino de Dios en el mundo?.
  Su paso por nuestra villa se podría resumir:” Ayudar a mis paisanos a resucitar con Cristo a una nueva vida".


                                                             

                                              








































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